viernes, 18 de mayo de 2007

Composición química y principios activos

No es fácil encontrar en la naturaleza una planta que reúna tantas
propiedades beneficiosas para la salud en general y para la piel en
particular. Hasta el momento se han descrito más de 200 sustancias
contenidas en el aloe vera que mejoran el funcionamiento cotidiano
de nuestro organismo, entre las que destacan:

AGUA

Como todas las suculentas el aloe concentra un altísimo porcentaje
de agua en su interior, de hecho el 95,5% de la planta está
compuesta de agua y sólo el 5% de otros componentes sólidos. Esto
hecho es crucial para explicar el sorprendente poder terapéutico del
aloe, pues el agua es el vehículo idóneo en el que se disuelven el
resto de las sustancias biológicamente activas.

VITAMINAS

Son compuestos orgánicos vitales para el funcionamiento normal de
nuestro organismo. Su aporte debe realizarse a través de la ingesta
de alimentos, que las sintetizan (a excepción de la vitamina D, que
podemos producirla).
Las 13 vitaminas conocidas pueden dividirse en dos grandes grupos:
hidrosolubles (B y C), que se disuelven en agua, se absorven
fácilmente y no se acumulan en el organismo, y liposolubles (A, D y
E), que se disuelven en grasas; pueden acumularse en el hígado para
responder a necesidades especiales y su exceso puede provocar una
hipervitaminosis, dañina para la salud.

Vitamina A: También es conocida con el nombre de retinol (debido a
que genera los pigmentos de la retina). Se trata de un potente
regenerador celular, ideal para terapias contra la psoriasis o el acné.
Mejora la visión y previene el envejecimiento prematuro. Favorece a
su vez el crecimiento de los tejidos, en particular de los la piel, los
ojos y las mucosas. Proviene de fuentes animales como los huevos, la
carne, la leche, el queso, la crema, el hígado, el riñón y el aceite de
hígado de bacalao. Son alimentos con un alto contenido en grasas
saturadas y colesterol, por lo que no conviene abusar. El organismo
es capaz de convertir el betacaroteno (presente en la zanahoria, la
calabaza, la batata o camote, el melón, el calabacín, el cantalupo, la
toronja, el albaricoque, el brócoli, la espinaca y la mayoría de las
hortalizas de hoja verde) en retinol, así que también podemos
obtener esta vitamina sin consumir colesterol ni grasas saturadas. La
deficiencia de vitamina A puede aumentar la susceptibilidad a
enfermedades infecciosas y problemas de visión. El consumo de
grandes dosis de esta vitamina puede causar defectos congénitos. La
cantidad diaria recomendada de vitamina A es de 5000 unidades
internacionales (UI) para los adultos y de 1000 a 3000 UI para los
niños.

Vitamina B1: Se conoce también con el nombre de tiamina. Protege
el sistema nervioso, estimula la actividad cardiaca y facilita la
digestión. Ayuda a las células del organismo a convertir carbohidratos
en energía. La tiamina se encuentra en los panes fortificados,
cereales, pasta, granos enteros (especialmente germen de trigo),
carnes magras (especialmente cerdo), pescado, granos secos, fríjoles
y granos de soja. Una deficiencia de tiamina puede causar debilidad,
fatiga, sicosis y daño a los nervios. La deficiencia de tiamina se da
con más frecuencia en alcohólicos, ya que el consumo excesivo de
licor limita la capacidad del organismo para absorber esta vitamina de
los alimentos.

Vitamina B2: O riboflamina. Facilita la trasformación del alimento en
energía. Combate la anemia gracias a que favorece la absorción del
hierro y mejora el cabello, las uñas y la piel. Produce glóbulos rojos y
participa en la liberación de energía de los carbohidratos. La carne
magra, los huevos, las legumbres, las nueces, las verduras, la leche y
sus derivados suministran la riboflavina en la dieta. Los panes y los
cereales a menudo se encuentran fortificados con riboflavina. Se
recomienda no almacenar los alimentos que la contengan en
recipientes de vidrio expuestos a la luz, ya que ésta la destruye. Los
síndromes de deficiencia de mayor importancia son los que se
caracterizan por dolor de garganta, inflamación de las membranas
mucosas, boca y/o labios doloridos, anemia y dermatitis.

Vitamina B3: O niacina. Efectivo desitoxicante; también contribuye a
la reducción del colesterol, pues participa en la síntesis de las grasas.
La niacina colabora en las reacciones que generan energía gracias a
la conversión bioquímica de hidratos de carbono, grasas y proteínas.
Se encuentra principalmente en la levadura, el hígado, las aves, las
carnes sin grasa, la fruta seca y las legumbres.

Vitamina B5: También conocida como ácido pantoténico. Estimula la
regeneración celular, protege la piel y el cabello y es un poderoso
hidratante. Interviene como componente del coenzima A y de otras
moléculas importantes. Esta vitamina se utiliza en el tratamiento de
las alopecias, enfermedades de las uñas y calambres del embarazo.
No se encuentra en ningún alimento de origen vegetal. La falta de
ácido pantoténico puede provocar infertilidad e insuficiencia adrenal,
aumento de fatiga y estrés, caída del cabello, heridas y úlceras
cutáneas y alteraciones en la sensibilidad de los pies. Se encuentra
sobre todo en huevos de ave y de pescado, hígado, riñón, lácteos y
levadura.

Vitamina B6: O Piridoxina. Ejerce un efecto beneficioso sobe el
sistema inmunológico, facilitando las conexiones entre el sistema
nervioso central y el periférico. Esta vitamina ayuda a mantener la
función normal del cerebro y actúa también en la formación de
glóbulos rojos. Asimismo, la vitamina B6 se requiere en las
reacciones químicas necesarias para digerir las proteínas y por lo
tanto, cuanto mayor sea el consumo de proteínas, mayor será la
necesidad de vitamina B6. En grandes dosis puede causar trastornos
neurológicos e insensibilidad. La deficiencia de esta vitamina puede
ocasionar úlceras en la boca y la lengua, al igual que irritabilidad,
confusión y depresión. La vitamina B6 se encuentra en los fríjoles, las
nueces, las legumbres, los huevos, la carne, el pescado, los granos
integrales, al igual que en los panes y cereales enriquecidos.

Vitamina B9: O ácido fólico. Combate la anemia y previene
malformaciones fetales y tumores. También ayuda al cuerpo (junto a
la vitamina C y B12) a digerir y utilizar las proteínas y sintetizar las
proteínas nuevas cuando se necesiten. Es necesario en la producción
de glóbulos rojos y en la síntesis del ADN (que controla los factores
hereditarios y se utiliza para guiar la célula en sus actividades
diarias). El ácido fólico también colabora con la función celular y en el
crecimiento de los tejidos. Además, ayuda a incrementar el apetito
cuando es necesario y estimula la formación de ácidos digestivos. La
deficiencia de ácido fólico puede causar retraso en el crecimiento,
encanecimiento del cabello, inflamación de la lengua (glositis),
úlceras bucales, úlcera péptica y diarrea. También puede llevar a
ciertos tipos de anemias. Por lo general, no se presenta toxicidad con
el consumo de cantidades excesivas de ácido fólico, ya que éste es
hidrosoluble y el cuerpo lo excreta con regularidad. Se encuentra en
hortalizas, granos integrales, legumbres, cítricos, carne e hígado.

Vitamina B12: O cobalamina. La vitamina B12, al igual que las otras
vitaminas del complejo B, desempeña un papel importante en el
metabolismo, ayuda a la formación de glóbulos rojos en la sangre y al
mantenimiento del sistema nerviosos central. Favorece la
concentración y la memoria, también previene la anemia y ejerce una
función protectora en lesiones precancerosas de pulmón, sobre todo
en fumadores. Acelera la recuperación de convalecientes y ancianos.
Debido a que el cuerpo tiene la capacidad de almacenar grandes
cantidades de vitamina B12, su deficiencia nutricional es sumamente
rara. Sin embargo, la deficiencia se puede presentar por la
incapacidad de utilizarla. Esta incapacidad para absorberla desde el
tracto intestinal puede ser causada por una enfermedad conocida
como anemia perniciosa. Además, los vegetarianos estrictos que no
toman cantidades adecuadas de vitamina B12 por medio de
suplementos también son susceptibles de padecer esta deficiencia.
Los bajos niveles de vitamina B12 pueden causar anemia, así como
entumecimiento y hormigueo en las extremidades, además de otros
síntomas neurológicos como debilidad y pérdida del equilibrio. La
vitamina B12 se encuentra en los huevos, la carne, las aves, los
mariscos y en la leche y sus derivados.

Vitamina C: O ácido ascórbido. La vitamina C se requiere para el
crecimiento y reparación de tejidos en todas las partes del cuerpo. Es
necesaria para formar el colágeno, una proteína importante utilizada
para formar la piel, el tejido cicatricial, los tendones, los ligamentos y
los vasos sanguíneos. La vitamina C es esencial para la cicatrización
de heridas y para la reparación y mantenimiento de cartílago, huesos
y dientes. También es uno de muchos antioxidantes, como la
vitamina E y el betacaroteno. Actúa además en la prevención de
tumores. La deficiencia de vitamina C puede llevar al resecamiento y
formación de horquilla en el cabello, gingivitis (inflamación de las
encías) y encías sangrantes, piel áspera, reseca y descamativa,
disminución de la tasa de cicatrización de heridas, tendencia a la
formación de hematomas, sangrados nasales, debilitamiento del
esmalte de los dientes, dolor e inflamación de las articulaciones,
anemia, disminución de la capacidad para detener infecciones y
posiblemente aumento de peso debido a la baja tasa metabólica y
bajo gasto de energía. Una forma grave de deficiencia de vitamina C
se conoce como escorbuto, que afecta principalmente a adultos de
edad y desnutridos. El cuerpo no fabrica la vitamina C por sí solo, ni
tampoco la almacena, por lo tanto es importante incluir muchos
alimentos que contengan vitamina C en la dieta diaria. La vitamina C
es hidrosoluble y es regularmente excretada por el cuerpo, por ello la
toxicidad es muy poco común. Sin embargo, no se recomiendan
cantidades superiores a 2000 mg/día, dado que tales dosis altas
pueden llevar a malestar estomacal y diarrea. Todas las frutas y
verduras contienen alguna cantidad de vitamina C. Los alimentos que
tienden a ser las mayores fuentes de vitamina C son, entre otros: el
pimiento verde, las frutas y jugos de cítricos, las fresas, los tomates,
el brócoli, los nabos y otras verduras de hoja verde, la papaya, el
mango, el melón, la col de Bruselas, la coliflor, el repollo, los
pimientos rojos, la frambuesa, los arándanos, la piña y los
arándanos.

Vitamina D: O calciferon. Favorece la absorción de minerales en los
procesos de osificación. La vitamina D estimula la absorción del calcio
en el cuerpo, que es un elemento esencial para el desarrollo y
mantenimiento de dientes y huesos sanos. El calcio también es
importante para las células nerviosas, incluyendo el cerebro. También
ayuda a mantener los niveles sanguíneos adecuados de calcio y
fósforo. La deficiencia de vitamina D puede llevar a que se presente
osteoporosis en adultos y raquitismo en niños. Las dosis excesivas de
vitamina D pueden hacer que aumente la absorción del calcio desde
el tracto intestinal, lo cual puede incrementar la absorción del calcio
de los huesos, llevando a niveles elevados de este mineral en la
sangre. Esto, a su vez, puede ocasionar luego depósitos de calcio en
los tejidos blandos como el corazón y los pulmones, reduciendo su
capacidad para funcionar. La ingestión exagerada de vitamina D
también puede ocasionar cálculos renales, vómito y debilidad
muscular. Se encuentra en productos lácteos, cereales enriquecidos,
pescados y ostras.

Vitamina E: O tocoferol. Potente regenerador celular y antioxidante.
Cuida y mejora la piel, así como el aparato cardiocirculatorio. La
vitamina E protege el tejido corporal del daño causado por sustancias
inestables llamadas radicales libres. Estos radicales pueden dañar
células, tejidos y órganos y se cree que son una de las causas del
proceso degenerativo que se observa con el envejecimiento. También
es importante en la formación de glóbulos rojos y ayuda al cuerpo a
utilizar la vitamina K. Se encuentra en el germen de trigo, maíz,
nueces, semillas, aceitunas, espinacas, espárragos y aceites
vegetales.

SALES MINERALES Y OLIGOELEMENTOS

El aloe es rico en sales minerales y oligoelementos, entre las que
destacan:

Hierro: Componente esencial de la sangre (a la que da el color),
previene la anemia. El hierro es parte de la hemoglobina en los
glóbulos rojos y la mioglobina en los músculos. El papel de ambas
moléculas es transportar oxígeno. El hierro también integra muchas
proteínas y enzimas en el cuerpo. Si se mezcla algo de carne magra,
pescado o carne de aves con fríjoles o vegetales de hojas oscuras,
puede mejorar hasta tres veces la absorción de hierro de fuentes
vegetales. Los alimentos ricos en vitamina C también aumentan la
absorción de hierro. Algunos alimentos reducen la absorción de
hierro: por ejemplo, el té negro es una bebida aromática comercial
que contiene sustancias que se fijan al hierro y no permiten que el
organismo lo asimile. Los síntomas de reducción en las reservas de
hierro son entre otros: falta de energía, dificultad para respirar, dolor
de cabeza, irritabilidad, vértigo y pérdida de peso, anemia. La
hemocromatosis es un trastorno genético que afecta la regulación de
la absorción de hierro. El tratamiento consta de una dieta baja en
hierro, ningún suplemento de hierro y la extracción de sangre
(flebotomía) realizada en forma regular. El exceso de reservas de
hierro en el organismo se conoce como hemosiderosis y proviene del
consumo excesivo de suplementos de hierro o de las transfusiones
sanguíneas, mas no del consumo elevado de hierro en la dieta.
Tienen especial riesgo de sufrir una carencia de hierro las mujeres
con exceso de menstruación, mujeres embarazadas, corredores de
largas distancias, vegetarianos estrictos, adolescentes y personas con
cualquier tipo de pérdida de sangre por vía intestinal. Aportan hierro
las legumbres, cereales, huevos, marisco, verduras de hoja verde y
carne.

Calcio: El calcio es el mineral más abundante que se encuentra en el
cuerpo humano y representa entre de 1,5 a 2% del peso corporal
total de un adulto. Los dientes y los huesos contienen la mayoría del
calcio que se encuentra en el cuerpo (alrededor del 99%). El calcio en
estos tejidos se concentra en forma de sales de fosfato de calcio. Los
tejidos corporales, las células nerviosas, la sangre y otros fluidos del
cuerpo contienen la cantidad restante de calcio. Previene la
osteoporosis, la artritis y otros problemas reumáticos, ayuda a la
coagulación de la sangre cuando es necesario y regula el ritmo
cardiaco y los impulsos nerviosos. El calcio es uno de los minerales
más importantes para el crecimiento, mantenimiento y reproducción
del cuerpo humano y es esencial en la formación y mantenimiento de
dientes y huesos sanos. Los huesos están siendo continuamente
reabsorbidos y reformados e incorporan el calcio a su estructura, al
igual que otros tejidos. Los dientes incorporan calcio a su estructura
de manera similar a la de los huesos. Además de ayudar a mantener
los dientes y huesos sanos, el calcio tiene otras funciones. La
coagulación de la sangre, la transmisión de impulsos nerviosos, la
contracción muscular, la relajación, los latidos normales del corazón,
la estimulación de la secreción hormonal, la activación de las
reacciones de las enzimas, así como también otras funciones
requieren pequeñas cantidades de calcio. Normalmente, el
incremento del consumo de calcio durante períodos limitados no
ocasiona efectos tóxicos, ya que la orina y las heces fácilmente
eliminan cualquier exceso. Sin embargo, el consumo alto de calcio se
ha asociado con un incremento del riesgo de cálculos renales en
personas susceptibles a ellos. El consumo bajo de calcio durante
períodos de tiempo prolongados puede hacer que se presente una
deficiencia de calcio, condición que lleva a la osteoporosis, la pérdida
del hueso mandibular y problemas de salud oral secundarios,
hipertensión y otros trastornos. Se encuentra en lácteos, verduras de
hoja verde y legumbres secas.

Fósforo: El fósforo es un mineral que constituye el 1% del peso
corporal total. Se encuentra en todas las células del cuerpo, pero los
dientes y huesos contienen el 85% de la cantidad de fósforo total del
cuerpo. Combinado con el calcio favorece la mineralización de los
huesos y aporta vigor y energía a los músculos. Este mineral cumple
un papel muy importante en la utilización de carbohidratos y grasas
en el cuerpo, en la síntesis de proteína para el crecimiento, al igual
que la conservación y reparación de células y tejidos. Asimismo, es
fundamental para la producción de ATP, una molécula que el cuerpo
utiliza para almacenar energía. El fósforo trabaja con las vitaminas B
y también participa en la contracción de músculos, el funcionamiento
de los riñones, la conservación de la regularidad de los latidos del
corazón y en la conducción nerviosa. No existe una deficiencia
conocida de fósforo debido a que es un mineral de alta disponibilidad
en los suministros alimenticios. Los niveles excesivamente altos de
fósforo en la sangre, que son raros, se pueden combinar con el calcio
para formar depósitos en los tejidos blandos, como los músculos.
Estos casos ocurren solamente en personas con daño renal severo o
grave deterioro de sus mecanismos de regulación del calcio. Se
encuentra en almendras, ajos, avena, maíz, lentejas, coles, lechuga,
cebolla y manzana entre otras.

Magnesio: El magnesio cumple diversas funciones metabólicas y
juega un papel importante en la producción y el transporte de
energía. También es útil en la contracción y la relajación muscular.
Este mineral participa en la síntesis de las proteínas y toma parte en
el funcionamiento de ciertas enzimas en el organismo. Los síntomas
tóxicos producidos por el consumo elevado de magnesio no son muy
comunes debido a que el organismo elimina las cantidades en exceso.
Dicho exceso de magnesio se produce casi siempre cuando se
suministra como medicamento. La deficiencia de magnesio es poco
común y los síntomas son, entre otros, debilidad muscular, fatiga,
hiperexcitabilidad y somnolencia. La deficiencia de magnesio puede
afectar a los pacientes alcohólicos o a las personas cuya absorción de
magnesio ha disminuido debido a una cirugía, quemaduras severas o
problemas con la mala absorción (absorción insuficiente de nutrientes
en el tracto intestinal). Asimismo, ciertos medicamentos o niveles
sanguíneos bajos pueden estar asociados con la deficiencia de
magnesio. Se encuentra en los productos de soja, legumbres y
semillas, nueces, albaricoques, aguacates, plátanos…

Manganeso: Es parte importante en la constitución de ciertas
enzimas. Su deficiencia produce pérdida de peso, dermatitis y
náuseas. Se cree que participa en funciones sexuales y reproductoras
y se encuentra principalmente en el hígado, huesos, páncreas e
hipófisis. Mejoran la musculatura y regulan el ritmo cardiaco.
También tienen propiedades calmantes y antidepresivas. Se
encuentra en cereales, legumbres y frutos secos (especialmente las
nueces).

Potasio: Combate la hipertensión, mejora el rendimiento deportivo y
elimina residuos del organismo. El potasio es un mineral que
interviene tanto en las funciones eléctricas como celulares del cuerpo
y se lo clasifica como un electrolito. El potasio es un mineral muy
importante para el cuerpo humano, debido a que cumple varios
papeles en el metabolismo y funciones corporales y esencial para el
funcionamiento apropiado de todas las células, tejidos y órganos:
ayuda a la síntesis de proteinas y carbohidratos, regula el equilibrio
ácido básico y es necesario para el crecimiento normal del cuerpo.
Una deficiencia de potasio (hipocaliemia) se puede presentar en
personas con ciertas enfermedades o como resultado del consumo de
diuréticos para el tratamiento de la presión sanguínea alta o la
insuficiencia cardíaca. Los diuréticos probablemente son la causa más
común de hipocaliemia. Los problemas más comunes asociados con
niveles reducidos de potasio son cambios en el electrocardiograma,
debilidad y fatiga. Las arritmias cardíacas (latidos cardíacos
irregulares) también podrían ser una preocupación. Una gran
variedad de afecciones puede ocasionar la pérdida de potasio del
cuerpo, entre las cuales las más comunes son el vómito y la
diarrea. La enfermedad renal (como la insuficiencia renal aguda) y la
diabetes, dependiendo del estado de cada una de ellas,
también pueden ocasionar fluctuaciones en los niveles de potasio.
Además, muchos medicamentos como los diuréticos, laxantes y
esteroides pueden causar reducción de los niveles de potasio. Se
encuentra en verduras, frutas, legumbres, levadura, frutos secos,
carne, brócoli, tomate, lechuga, perejil, bacalao, sardinas y chocolate.

Cromo: El cromo es importante para el metabolismo de las grasas y
de los carbohidratos, y para estimular la síntesis de los ácidos grasos
y del colesterol, los cuales son relevantes para las funciones
cerebrales y otros procesos corporales. El cromo es también un
activador de varias enzimas, que se requieren para dirigir numerosas
reacciones químicas necesarias en la vida. También es importante en
el metabolismo de la insulina. La deficiencia de cromo se puede
manifestar en un deterioro de la tolerancia a la glucosa. Se observa
en los ancianos con diabetes mellitus no insulinodependientes y en
los bebés con desnutrición proteico-calórica. Un suplemento de cromo
ayuda al manejo de estas condiciones, pero no es un sustituto de
otros tratamientos. Debido a la baja absorción y a la alta tasa de
excreción de cromo, su toxicidad no es común. La mejor fuente de
cromo es la levadura de cerveza, también está en carne, huevos,
hígado, manzanas, plátanos, pimiento verde y espinacas.

Cobre: El cobre es un oligoelemento esencial que está presente en
todos los tejidos del cuerpo. El cobre, al igual que el hierro,
contribuye a la formación de los glóbulos rojos y ayuda al buen
mantenimiento de los vasos sanguíneos, los nervios, el sistema
inmunólogico y los huesos. Buen antioxidante y antiinflamatorio. Util
contra la artritis y los trastornos de la circulación. El cobre es tóxico
en grandes cantidades. Un trastorno hereditario muy raro,
la enfermedad de Wilson, ocasiona depósitos de cobre en el hígado,
el cerebro y otros órganos. El aumento de cobre en estos tejidos
conduce a hepatitis, problemas renales, trastornos cerebrales y otros
problemas. Se encuentra en vísceras tales como hígado y riñones,
también en mariscos, granos enteros, nueces, legumbres, levadura y
verduras de hoja oscura.

Sodio: Regula el equilibrio de los líquidos en el organismo. El sodio
es un mineral que ayuda a regular el volumen y la presión sanguínea.
También contribuye al funcionamiento apropiado de músculos y
nervios. La forma más común de sodio es el cloruro de sodio o sal de
cocina. Conviene no excederse con los alimentos ricos en sal, pues el
exceso de sodio puede aumentar la presión arterial. Además, el sodio
puede llevar a que se presente retención de líquidos en los pacientes
con insuficiencia cardíaca congestiva, cirrosis o enfermedad renal.
Estos pacientes deben seguir dietas con restricción estricta de sodio
prescrita por el médico. Se encuentra además de en la sal en anchoas
de lata en aceite, bacon, aceitunas, queso, carne y pescado.

Zinc: El zinc es un oligoelemento importante que se encuentra en
segundo lugar después del hierro, por su concentración en el
organismo. Estimula el sistema inmunológico, es antiinflamatorio y
potencia el apetito sexual. Ayuda a combatir las infecciones y acelera
su curación. Se requiere para la actividad de las enzimas, necesarias
en la división y crecimiento de las células, al igual que en la
cicatrización de heridas. Juega un papel importante en la agudeza de
los sentidos del olfato y del gusto; a la vez que también juega un
papel en el metabolismo de los carbohidratos. Los síntomas asociados
con la deficiencia del zinc incluyen: crecimiento lento, disminución del
apetito, pérdida de cabello, aumento de infecciones y lesiones en la
piel. El zinc es uno de los oligoelementos menos tóxicos. Los
suplementos de zinc en grandes cantidades (por ejemplo, de 70 a
100 veces las cantidades recomendadas) pueden causar diarrea,
cólicos abdominales y vómito que se presentan en el lapso de tres a
diez horas después del consumo del suplemento. Pero los síntomas
disminuyen en un corto período de tiempo después de la interrupción
del consumo. El zinc se encuentra en la carne roja magra, los
moluscos, leche, yogures, levadura de cerveza, cereales, huevos,
semillas y nueces.

Selenio: El selenio es un oligoelemento esencial que integra las
enzimas, las cuales son determinantes para el control de numerosas
reacciones químicas involucradas en las funciones cerebrales y
corporales. El selenio tiene diversas funciones. La principal es su
papel como agente antioxidante en la enzima selenio-glutatión
peroxidasa. Esta enzima neutraliza el peróxido de hidrógeno, que es
producido por algunos procesos celulares y que, de no ser por ésta,
causaría daño a las membranas celulares. También parece estimular
la formación de anticuerpos como respuesta a las vacunas y puede
brindar protección contra los efectos tóxicos de los metales pesados y
otras sustancias. Puede contribuir a la síntesis de las proteínas, al
crecimiento y desarrollo y a la fertilidad, especialmente en los
hombres, ya que se ha demostrado que el selenio aumenta la
producción de semen y la movilidad de los espermatozoides. La
deficiencia del selenio se puede presentar también en pacientes
alimentados por vía intravenosa durante largos períodos de tiempo.
Se ha reportado que la causa de la enfermedad de Keshan es la
deficiencia de selenio, lo cual ocasiona una anomalía en el músculo
cardíaco. Dicha enfermedad se cobró la vida de muchos niños en la
China, hasta que se descubrió su relación con el selenio y se lo
comenzó a suministrar en los suplementos. Los niveles elevados de
selenio pueden llevar a la toxicidad en el ganado que pasta en suelos
ricos en este elemento, ocasionando en los animales problemas
musculares, visuales y del corazón. No se conoce la cantidad de
selenio suficiente para ocasionar toxicidad en los seres humanos;
pero el exceso en su consumo puede causar problemas con la
resistencia de los dientes y el esmalte dental. Otros problemas
pueden ser la pérdida de los dientes, el cabello y las uñas y se puede
presentar también inflamación de la piel, náusea y fatiga. El pescado,
los mariscos, las carnes rojas, los granos, los huevos, el pollo, el
hígado y el ajo son todos buenas fuentes de selenio. La cantidad de
selenio en los vegetales depende del contenido del mismo elemento
que tenga el suelo. La levadura de la cerveza y el germen de trigo
son también fuentes de selenio y son considerados 'alimentos sanos'.

Silicio: Este oligoelemento cumple la importante función de estimular
las células que participan en la formación de huesos y cartílagos, por
lo que puede resultar beneficioso para combatir la osteoporosis.
Además, es aconsejable incluir de forma habitual alimentos ricos en
silicio en la dieta de personas que hayan sufrido una fractura ósea, en
especial en ancianos, ya que en ellos el proceso de cicatrización del
hueso es más lento. El silicio también está presente en cantidades
importantes en otros tejidos del cuerpo como el pelo, la córnea, los
tendones, la piel o las arterias. En el caso de estas últimas se piensa
que el silicio juega un papel significativo en la salud vascular, ya que
las arterias endurecidas presentan una cantidad de este mineral
quince veces menor que las sanas. El refinado de los alimentos es
una de las principales causas de deficiencia de silicio en la dieta ya
que gran parte de este oligoelemento está presente en la cáscara de
los cereales, porción que se elimina durante el refinado.
El déficit de silicio podría provocar no solo alteraciones en huesos y
cartílagos, sino también falta de elasticidad en la piel y caída del
cabello. Este mineral abunda sobre todo en los cereales integrales.

Germanio: En su forma orgánica cada átomo de germanio está
ligado a tres de oxígeno, de ahí que contribuya a aumentar la
absorción de oxígeno por las células corporales. Esto es de vital
importancia, pues incluso las células cancerosas pueden recuperar su
estado normal cuando se les aumenta su capacidad de absorción de
oxígeno en la sangre, ya que dichas células no pueden metabolizar
adecuadamente el oxígeno. El germanio es pues un agente
antitumoral. Participa asimismo en la eliminación de desechos
celulares, y posee una acción antioxidante y estimulante del sistema
inmunitario, siendo capaz de estimular la producción de gammainterferón, tanto en animales como en seres humanos, sin efectos
laterales ni toxicidad. Su absorción se realiza en el intestino delgado,
no se almacena en el organismo por lo que no es tóxico siempre que
hablemos de su forma orgánica; no sucede lo mismo con otros
compuestos inorgánicos. La falta de germanio puede provocar una
deficiencia en la oxigenación cerebral, alteraciones del sistema
inmunitario, disminución del contenido de oxígeno en los órganos,
acumulación de radicales libres y mayor tendencia a las infecciones.
Las mejores fuentes de este mineral las podemos hallar en el ajo, el
aloe vera, el ginseng, los champiñones y la borraja.

AMINOACIDOS

El aloe aporta diecinueve de los veintidós aminoácidos que necesita
nuestro organismo, siete de los cuales son esenciales y no podemos
sintetizarlos por nosotros mismos, por lo que hemos de recurrir a
aportes externos. Son fundamentales porque al combinarse formas
las proteínas, esenciales para la vida y muy necesarios para aquellas
personas que tengan una intensa actividad deportiva. También
sirven, entre otras funciones, de materia prima en la obtención de
otros productos celulares, como hormonas y pigmentos. Tanto los
aminoácidos esenciales como los no esenciales, intervienen en la
formación de enzimas neurotransmisores (mensajeros químicos),
anticuerpos y transportadores de nutrientes. Los aminoácidos
esenciales son: histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina,
fenilalanina, treonina, triptófano y valina. Los no esenciales, que
nuestro organismo es capaz de produdir son: serina, prolina,
histidina (en origen considerada esencial en niños y no esencial en
adultos, aunque recientemente algunos estudios dicen que puede ser
también esencial en adultos), hidroxiprolina, glutamina, glicina,
L-arginina, alanina, ácido glutámico y ácido aspártico. Existen
dos aminoacidos más en el aloe denominados semi-esenciales:

tirosina y cisteína.

L-Arginina: es esencial para el metabolismo de los músculos pues
proporciona un vehículo de transporte, almacenaje y excreción de
nitrógeno. La L-Arginina es un componente importante para la
producción y regeneración de los tejidos. Aparece altamente
concentrado en la piel y en los tejidos conectivos, y ayuda a eliminar
el amoniaco del cuerpo como parte del ciclo de la urea.

BCAA (Aminoácidos Ramificados en Cadena: L-Leucina, L-
Isoleucina, y L-Valina): el tejido muscular se compone en gran
medida de BCAAs, que son utilizados para la producción de energía y
para la síntesis de proteínas. Las BCAAs también actúan en el
metabolismo de los neurotransmisores, sustancias químicas naturales
del cerebro, que influyen en el estado de ánimo y en otras funciones
mentales.

L-Carnitina: la carnitina es realmente un dipéptido - un aminoácido
compuesto por dos aminos esenciales, la metionina y la lisina. La Lcarnitina es importante para el metabolismo de las grasas,
especialmente en las células del corazón y de los músculos. También
es necesaria para el transporte de ácidos grasos de cadena larga a las
mitocondrias, donde los ácidos son oxidados y quemados para la
producción de energía.

L-Cisteína: es un aminoácido portador de azufre con propiedades
antioxidantes. Es importante en la síntesis de la queratina, proteína
que se encuentra en la piel, el pelo y las uñas. También juega un
papel en el metabolismo de la energía y en la síntesis de los ácidos
grasos.

L-Fenilalanina: es un precursor de la tirosina, que se utiliza en la
producción de ciertas hormonas (epinefrina, norepinefrina, dopa,
dopamina) y se absorbe mejor que la tirosina. La L-fenilalanina es
importante para la producción de los mensajeros químicos del
cerebro denominados neurotransmisores.

DLPA (D,L-Fenilalanina): la DLPA es una mezcla de la forma
natural de la fenilalanina (la forma L) con su imagen en el espejo (la
forma D). La DL-fenilalanina puede tener la capacidad única de
bloquear ciertas enzimas (la encifalinasa) en el sistema nervioso
central, enzimas normalmente responsables del colapso de las
hormonas semejantes a la morfina, llamadas endorfinas y
encefalinas.

Glicina: es un antiácido y endulcorante natural que actúa en la
síntesis del ADN, los fosfolípidos y el colágeno. La glicina también
ayuda a guardar glucosa para la producción de energía aumentando
la cantidad almacenada de glucógeno.

L-Glutamina: una fuente importante de energía para el cerebro y
todo el cuerpo, se encuentra en el cortex cerebral y en varias zonas
del cerebro. La concentración de glutamina en la sangre es tres o
cuatro veces mayor que la de todos los demás aminoácidos. El cuerpo
lo transforma en ácido glutámico. También se ha demostrado que la
L-glutamina es esencial para la función inmune sana.

L-Glutatión: péptido portador natural de azufre, formada por la
unión de tres aminoácidos: al ácido glutámico, la cisteína y la glicina.
Actúa como antioxidante y desintoxicante, y también participa en el
transporte de aminoácidos a través de las membranas celulares.

L-Histidina: los niños y los adultos pueden sintetizar algo de
histidina en sus cuerpos, pero la mayoría de la histidina procesada en
el cuerpo procede de la dieta. La L-histidina es importante para el
crecimiento y la reparación de los tejidos.

L-Lisina: es importante para el crecimiento, la reparación de los
tejidos, y la producción de hormonas, enzimas y anticuerpos. Las
últimas investigaciones están dirigidas al posible papel beneficioso de
la L-lisina contra los virus de los herpes. La L-lisina se encuentra en
grandes cantidades en el tejido muscular.

L-Metionina: es un aminoácido que contiene azufre, con
propiedades antioxidantes. La L-metionina es importante para la
salud de las uñas y la piel, y para la sínteses de la taurina, la Lcisteína, la fosfatidilcolina (lecitina), la bilis, la L-carnitina y las
endorfinas.

L-Ornitina: combinada con la L-arginina, ambas influyen en las
hormonas del crecimiento y son necesarias para una función
adecuada del hígado y del sistema inmune.

Taurina: es un compuesto simple que contiene azufre, y además, es
uno de los aminoácidos mas abundantes en el cuerpo. Juega una
variedad de papeles en el funcionamiento normal del cerebro, el
corazón, la vesícula biliar, los ojos y el sistema cardiovascular.
Básicamente su función consiste en facilitar el paso de iones de sodio,
potasio y magnesio dentro y fuera de las células, y estabilizar
eléctricamente las membranas celulares. La taurina es un aminoácido
esencial en los recién nacidos y el feto porque no la pueden sintetizar.

L-5 Hidroxitriptofano (5-HTP): el 5-HTP es un aminoácido que se
encuentra en pequeñas cantidades en comidas proteicas. Es un
derivado del aminoácido esencial L-triptofano y es el precursor del
neurotransmisor serotonina.

Tirosina: es un componente de los amino azúcares y amino lípidos
proteicos que tiene unas funciones muy importantes en todo el
cuerpo. Es muy importante para la nutrición cerebral porque es un
precursor de los neurotransmisores -dopamina, norepinefrina y
epinefrina. También forma una parte importante de péptidos tales
como las encefalinas, que sirven para aliviar el dolor en el cerebro.
También es el precursor de ciertas hormonas, como la tiroides y los
catecolestrógenos (sustancias químicas que son al mismo tiempo
estrógenos y catecolaminas) y del pigmento humano mas importante,
la melanina.

ENZIMAS

Son sustancias proteínicas que posibilitan importantes reacciones
bioquímicas en el organismo, como la digestión de grasas y
proteínas, como es el caso de la lipasa y la proteasa; o actuar sobre
la inflamación de tejidos, favoreciendo la cicatrización y produciendo
un efecto analgésico, como la carboxipeptidasa. Las enzimas sirven
también para construir o destruir biomoléculas necesarias para el
crecimiento y mantenimiento celular, constituyen asimismo un factor
de penetración que favorece la absorción rápida de determinadas
sustancias, acelerando procesos como el de cicatrización,
coagulación, regeneración celular…
Las enzimas se pueden encontrar en todos los órganos del cuerpo;
por ejemplo, están presentes en la boca (saliva), estómago (jugo
gástrico) e intestinos (jugo pancreático, jugo intestinal y mucosa
intestinal) y pueden convertir almidones, proteínas y azúcares en
sustancias que el cuerpo puede digerir.

MONO Y POLISACÁRIDOS

Son responsables de muchos de los efectos terapeúticos del aloe. Se
trata de glúcidos, hidratos de carbono simples (monosacáridos), tales
como la glucosa, manosa o galactosa; o bien complejos, constituidos
por largas cadenas de azúcares simples, tales como el glucomanano o
el acemanano. Protegen las paredes del estómago y el intestino,
aumentan las defensas y mantienen hidratados los tejidos. Tienen
además un importante valor nutritivo y energético. Entre todos los
polisacáridos conviene destacar la acción del acemanano, un potente
germicida, fungicida y bactericida, pues se ha demostrado que
además fortalece el sistema inmune y tiene un efecto antitumoral,
cumpliendo una tarea vital en la prevención y tratamiento de
enfermedades muy graves como algunos tipos de cáncer, SIDA o
esclerosis múltiple.

ANTRAQUINONAS

Son laxantes naturales y potentes antibioticos y antivirales. Las
principales antraquinonas del aloe son:

La aloina: con propiedades laxantes y analgésicas.

La aloemodida: además de laxante es muy eficaz en la lucha contra
las infecciones, es bactericida y fungicida. Por medio de determinadas
reacciones orgánicas genera acido salicílico, siendo este último el
componente de la aspirina, de ahí su efecto calmante y febrífugo.

El ácido aloético: tiene acción bactericida y antivírica, neutraliza las
toxinas bacterianas.

El ácido cinámico: con cualidades fungicidas (combate los hongos)
y es un potente limpiador. Resulta especialmente indicado para
descomponer tejidos necróticos (muertos) y como calmante del dolor.

El ácido crisofánico: Regula la actividad intestinal actuando
directamente sobre la musculatura lisa del colon y dificultando la
reabsorción de agua. Es un derivado de la emodina de aloe, se
emplea en el tratamiento de las enfermedades de la piel, por ejemplo
en la psoriasis o contra los hongos cutáneos.

Aceite etéreo: posee las misma cualidades que el éter, pero no su
toxicidad.

Resistonoles: alcoholes que derivan del acido cinámico, tiene
propiedeas bactericidas.

SAPONINAS

Son sustancias vegetales solubles, detergentes naturales con
propiedades antisépticas y antibióticas. La propiedad más importante
del Aloe Vera en la piel en relación con la desobstrucción de los poros
son las propiedades saponificadoras de la combinación
aminoácidos/polisacaridos, que transformasn los depositos grasos
que obstruyen los poros en sustancias jabonosas de fácil eliminación
con el aseo cotidiano.

Una de las sustancias más activas del Aloe en la saponificación es el
ácido urónico, que reacciona con las sustancias grasas
transformandolas en sustancias fácilmente solubles en agua.

Esta limpieza de los poros facilita el intercambio de agua,
produciendose una hidratación de la piel, por eso el Aloe se la califica
como humectacte natural, en realidad es un poderoso astringente
que tiene la propiedad de limpiar en lo más profundo, llegando a las
tres capas de la piel, ya que la desobstrucción de los poros y
conductos glandulares hace que sus agentes activos penetren con
mayor facilidad hasta la capa más profunda.

ESTEROLES

Son componentes esenciales de las membranas celulares de las
plantas y su estructura es parecida a la del colesterol, que también es
un esterol, como su nombre indica, pero de origen animal. Se ha
demostrado que los esteroles vegetales tienen la facultad de inhibir la
absorción de colesterol, reduciendo de esta forma el riesgo de
padecer enfermedades coronarias. Asimismo los esteroles son
potentes antiinflamatorios naturales. Destaca el lupeol, con
propiedades analgésicas, antisépticas y purificadoras.

LIGNINA

La lignina es un polímero natural que permite gran número de
transformaciones químicas. Su principal característica es que puede
penetrar hasta las capas más profundas de la piel, potenciando el
efecto del resto de las sustancias que componen el aloe. Esa gran
capacidad de penetración la convierten en un remedio eficaz contra
las afecciones agudas de estómago e intestinos. También se ha
demostrado que actúa como protector hepático y antiviral, siendo
especialmente útil contra la hepatitis B.

Fuente: www.aloeysalud.com
Autor: Pedro Sánchez Torrente

1 comentario:

Unknown dijo...

Saludos Pedro. Mi pregunta es la siguiente: El aloe vera contiene yodo? Gracias por tu respuesta