- Nos oxidamos:
El envejecimiento natural de nuestro organismo no es otra cosa que un lento y gradual proceso de oxidación. El oxígeno, indispensable para la vida, es también el elemento que desencadena el mecanismo por el cual nos oxidamos. En nuestro cuerpo se producen entre 3500 y 5000 reacciones químicas por minuto, la creación de energía, la sintetización de proteinas o la conversión de azúcares y otras sustancias en alimento para las células producen una serie de desechos que se traducen en radicales libres, elementos oxidativos que provocan el envejecimiento.Nuestro organismo está preparado para contrarrestar el efecto de los radicales libres y evitar un envejecimiento prematuro, nuestro hígado produce enzimas que neutralizan los radicales libres y la ingestión de vitaminas A, E y C, así como otros compuestos (selenio, oxido de germanio, cinz) son potentes antioxidantes que aseguran la homeostasis orgánica (preservación del estado de salud).
- Estrés oxidativo:
Los radicales libres son acumulativos, cuando la homeostasis orgánica se ve alterada por la carencia de antioxidantes o por procesos oxidativos añadidos, tales como la ingesta de alimentos inapropiados (con exceso de grasas saturadas, harinas refinadas o añadidos sintéticos...), la exposición prolongada y sin protección al sol, la contaminación ambiental, el tabaco y otras sustancias nocivas para la salud. Todos estos factores producen un estés oxidativo que puede desencadenar enfermedades como el cáncer, la fibromialgia, fatica crónica, diabetes, artrosis y otras patologías que tienen que ver con un déficit de antioxidantes.
- Los antioxidantes:
Los antioxidantes son un grupo de compuestos cuyo cometido es bloquear el efecto nocivo de los radicales libres. Ya hemos citado anteriormente los antioxidantes más potentes:
- Vitaminas
Vitamina C: En frutas y verduras frescas y crudas, como kiwi, piña, naranjas, melón, fresas, bayas, arándanos, tomate, coles...
Vitamina E (tocoferol): germen de trigo, aceite de soja, germen de cereales o cereales de grano entero, aceite de oliva, vegetales de hoja verde y frutos secos.
"Provitamina A" o Betacaroteno: El organismo lo transforma en vitamina A. Recientemente se ha demostrado su papel en la prevención de las cataratas y su efecto beneficioso en procesos inflamatorios y en los relacionados con el envejecimiento. Alimentos ricos en betacaroteno: verduras de color verde o coloración rojo-anaranjado-amarillento (zanahoria, espinacas, calabaza, etc.), y cierta frutas (albaricoques, cerezas, melón y melocotón).
- Minerales
Selenio: Relacionado con un menor riesgo de tumores de piel, hígado, colon y mama. En carnes, pescados, marisco, cereales, huevos, frutas y verduras.
Zinc: Favorece la formación de nuevas proteínas (renovación celular), participa en la lucha contra los radicales libres y en la síntesis de enzimas, interviene en el sistema inmune o de defensas y favorece el buen estado de piel y mucosas (tonicidad y elasticidad de la piel). Carnes, vísceras, pescados, los huevos, los cereales completos y las legumbres.
Cobre: Potencia el sistema inmune, participa en la formación de enzimas, proteínas y neuro-transmisores cerebrales (renovación celular y estimulante del sistema nervioso) y es un agente antiinflamatorio y antiinfeccioso. Y facilita la síntesis de colágeno y elastina (necesarios para el buen estado de los vasos sanguíneos, del cartílago, de los pulmones y de la piel), actúa como antioxidante protegiendo las células de los efectos tóxicos de los radicales libres y facilita la fijación del calcio y del fósforo. Alimentos ricos en cobre: hígado, pescado, marisco, cereales completos y vegetales verdes.
- Aminoácidos (los componentes más simples de las proteínas):
Cisteína: aminoácido no esencial, nuestro cuerpo puede fabricarlo sin problemas. Es importante para la producción de enzimas contra los radicales libres. El hígado y nuestras defensas lo utilizan para desintoxicar el cuerpo de sustancias químicas y otros elementos nocivos. La cisteína, que se encuentra en carnes, pescados, huevos y lácteos, es un detoxificante potente contra los agentes que deprimen el sistema inmune, como el alcohol, el tabaco y la polución ambiental.
- Colorantes naturales u otros compuestos de vegetales:
Flavonoides: Comprenden a los flavonoles, los antocianidoles y a las flavonas, colorantes naturales con acción antioxidante que constituyen el grupo más importante de la familia de los polifenoles, muy presentes en el mundo vegetal. Protegen el sistema cardiovascular y activan las enzimas glutation peroxidasa y catalasa, antioxidantes presentes de forma natural en nuestro organismo. Están en la familia de las coles, las verduras de hoja verde, las frutas rojas y moradas y los cítricos. Según la American Cancer Society, reducen el riesgo de cáncer colo-rectal.
Isoflavonas: En la soja y algunos de sus derivados como el tofu.
- El aloe vera como antioxidante:
El aloe vera posee más de 200 principios activos beneficiosos para la salud, ello se debe a su singular composición química, pues es rico entre otras sustancias en vitaminas A, C y E, aminoácidos, enzimas, minerales (entre los que se encuentra el cobre, el zinc y el selenio), oligoelementos, mono y polisacáricos, antraquinonas, ligninas, saponinas... es un cóctel nutracéutico que gracias a la acción sinérgica de todos sus componentes posee propiedades antiinflamatorias, antiulcerosas, hipoglucemiantes, antitumorales y especialmente antioxidantes. Es un producto ideal para prevenir numerosas enfermedades evitables asociadas a la acción de los radicales libres, más frecuentes en personas de avanzada edad, sobre todo las asociadas con la degereración macular, enfermedades renales o hepáticas, hipertrofias de próstata, envejecimiento prematuro, diabetes, artrosis, etc.
Autor: Pedro Sánchez Torrente
FUENTE: www.aloeysalud.com
FUENTE: www.aloeysalud.com
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